miércoles, 2 de diciembre de 2009

19 MUJERES CAMBIARON EL VICIO, POR LAS CONFECCIONES

Bucaramanga, Colombia
El éxito es el cruce de dos caminos: el de la capacitación y el de la oportunidad. Esta máxima del alcalde Fernando Vargas Mendoza, se aplica al pie de la letra a 19 amas de casa del Norte de Bucaramanga, quienes, de ahora en adelante, serán empresarias de las confecciones y no del vicio, como lo fueron durante muchos años.


Por mucho tiempo, quizás lustros, ellas envenenaron con marihuana, bazuco, perica y pegante a sus hijos y vecinos. Su profesión de jíbaras y en algunos casos de consumidoras, no les permitió avisorar un mejor futuro para sus familias. Pero el día llegó, pues como reza el dicho popular, no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista.

A mediados del mes de agosto del 2007, el entonces candidato a la Alcaldía de Bucaramanga, Fernando Vargas Mendoza, en uno de sus recorridos por la Comuna 2 les prometió que si estaban dispuestas a cambiar, él las apoyaba para que se capacitaran en confecciones y una vez aptas para trabajar, les compraría las maquinas requeridas para montar una microempresa de confecciones.

“Nos pareció una buena oferta. Sin embargo, no todas estábamos dispuestas a cambiar nuestra actividad, pues lo único que sabíamos hacer era vender vicio. Cómo creerle, de buenas a primeras, a un político, si durante toda la vida ellos bajaban al Norte a buscar los votos y nunca más volvían. Pero poco a poco fuimos reaccionando, seguimos en contacto y 19 de nosotras asumimos el reto de una vida nueva, sana y de beneficio para nuestros hijos y la sociedad”, manifestó Cristina Suárez, una de las nuevas microempresarias de confecciones.

Hace un año se organizaron y le dijeron al Alcalde que aceptaban su propuesta de campaña y estaban dispuestas a emprender una nueva vida. Fue entonces cuando la Administración Municipal celebró un contrato con Cajasan para que las capacitara en confección de ropa infantil. Ocho meses duró la especialización.

“Todas quedamos contentas, ninguna se alejó del grupo, seguimos unidas. Cuando nos graduamos, le dijimos al Alcalde que faltaban las máquinas y él también nos cumplió. Primero nos adaptaron un amplio taller de costura en Feghali y allí nos instalaron 11 máquinas, entre cortadoras, fileteadoras y de coser. Empezamos con un pie derecho porque unos proveedores nacionales están interesados en comprarnos, semanalmente, mil prendas de vestir para niños. La Alcaldía nos garantiza la comercialización de nuestra producción”, aseguró emocionada la señora Suárez.

Ese cómodo taller de costura, convertido ya en microempresa de confecciones, fue el que ayer inauguró el alcalde Vargas Mendoza. Entre otras cosas, él dijo a los asistentes al acto que “esto es un ejemplo que muchas otras personas vinculadas con actividades ilícitas deberían tener en cuenta. La Administración Municipal tiene abiertas las puertas para brindarles capacitación y convertirlas en personas de bien para la sociedad”.

Si se cumple la máxima del Alcalde, el éxito ronda a estas 19 mujeres del Norte, a quienes parece habérseles cruzado los caminos de la capacitación y la oportunidad.

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